El tema del aborto polariza todas las discusiones donde se toca el tema, y ya polarizo mi casa, donde a mi mamá no le importa que la oigan los vecinos cuando grita que prefería tener un animal por hija en vez de escucharme a mí defendiendo el aborto.
En lo personal lo defiendo y todos los argumentos son válidos cuando se trata de que una mujer decida sobre su cuerpo y sobre su vida.
Lo que no me parece es la respuesta de los grupos religiosos y de derecha (¿desde cuándo les importan las mujeres?), y pienso que Dios nada tiene que ver con el código penal, aquí se trata de defender un estado que es laico y que está preocupado por la salud de miles de mujeres (7 mil al año en el Distrito Federal, reconocidas) que se práctican un aborto.
Y ahora resulta que entre los alegatos en contra del aborto sale a relucir que soy intolerante, no, para nada, la intolerancia es pensar que la gente tiene que decidir sobre nuestros argumentos morales, eso sí es intolerancia...
viernes, 23 de marzo de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario