lunes, 16 de abril de 2007

Como ir a comprar un vestido y no morir en el intento.

Pues resulta que mi primo de veinticuatro años parece haber perdido la cordura y ha decidido casarse este sábado 21, así que me di a la tarea de buscar un vestido acorde para ir a la fiesta (un vestido que enseñe lo que tenga que enseñar y esconda lo que tenga que esconder).
Amigos lectores, ustedes no saben lo difícil que es para una mujer encontrar un vestido decente y bonito para ir a esas ceremonias.
El primer paso es definir con cuánto dinero cuentas para comprar el vestido (en mi situación de desempleo no cuento con mucho efectivo, saludos a mi ex jefe)
El segundo paso es decidir qué día tienes libre (necesario) para perderlo de la peor manera del mundo, que es ir de tienda en tienda.
El tercer paso es armarse con toda la auto estima que puedas encontrar en el recondito lugar del cuerpo donde queda el orgullo.
El cuarto paso es llegar a la tienda donde se cree (pobres inocentes e ilusas que somos las mujeres) puede haber un vestido acorde a nuestros gustos.
El quinto paso es montarse un tapón mental para pasar por alto los gestos de las dependientas de la tienda cuando dices que quieres un vestido para ti y soportar estoicamente la mirada que barre toda tu humanidad.
El sexto paso es intentar no llorar cuando te enseñan los vestidos que hay disponibles para ti, vestidos propios para la madre de la novia (largos, feos y con muchas flores).
El séptimo paso es aguantar con orgullo y evasiones el trauma de encontrar el vestido de tus sueños y, ¡AY MADRE DE FREUD!, que no te quede.
El octavo paso es salir airosa de la tienda, con la auto estima baja, llorosa y con las miradas complacientes de las encargadas de la tienda que de seguro están pensando ¡Ay, pobre gordita no va a encontrar nada!.

Nota final: POR FIN después de dos días de mi vida perdidos de tienda en tienda encontré un vestido genial, que enseña lo que tiene que enseñar y esconde lo que tiene que esconder. Fui ahí porque mi hermana (experta en esto de perder el tiempo en tiendas de ropa) me recomendó el sitio, ahí ella también había encontrado el vestido que quería comprar para la boda, solo que iba a regresar después a comprarlo, nunca me dijo cuál vestido era y sí, sí tenemos gustos tan similares que me compré el vestido que ella quería, ups, ni modo.

2 comentarios:

エデシェル dijo...

yo sigo pensando en un gen o un cromosoma no descubierto en ustedes las mujeres.... ropa y zapatos es cosa de agendar en un día o dos para cada uno de ellos...

Dorix dijo...

Cof cof, en ropa, zapatos, libros y mascotas me puedo echar la vida entera. En fin, ahora vayan Gorduchito y Gurrumina cual gemelas, hasta pueden hacer de damas de la boda.